Con 'C' de Cádiz
Tomás Silva Alonso: «Llegar a Cádiz y ver gente en bata por la calle me volvió loco; me encantó»
Tomás Silva Alonso. diseñador
Acostumbrado al mercado laboral barcelonés o al ambiente de la City de Londres, aterrizó en Cádiz por amor para formar una familia y disfrutar de un clima humano que le entusiasmó desde el primer momento

Tomás Silva Alonso (Las Palmas de Gran Canaria, 1975) no se siente más que de España. Es lo que tiene ser hijo de un marino leonés que embarcó no pocas veces a su familia en destinos y más destinos para riqueza de un joven y curioso chaval al que de siempre le tiró la fabricación de objetos, esos que abría con el fin de conocer su funcionamiento y, de paso, llevarse algún que otro chispazo de propina.
Conoció y vivió la Sevilla de la Expo, vivió y conoció la Barcelona de los Juegos, soñó con vivir en Londres hasta que se le cruzó por el camino una gaditana que le ha dado todo lo que ni pensó en sus diseños. Así llegó a Cádiz, donde se ha asentado a base de trabajo y de un don que le hace ser lo que es, un discutible portero de pachangas aunque un extraordinario miembro de plantilla del tercer tiempo, ahí donde para, conduce y maniobra todo lo que no ha hecho en la hora anterior.
Este diseñador nacido en las islas -desafortunadas desde que marchó- es una mente andante que reluce según se le va conociendo para sorpresa del que pueda y ose pensar que tras su humildad y discreción se encuentra esa clase de tipos que se pierden en un segundo plano, ahí donde confluyen las cabezas maravillosas. Tomás es un cachondo y hablar con él supone abrirse al mundo de la brillantez y el debate profundo salpicado de la la gracia que atesora un nota que no guarda los requisitos elementales del gadita pero que disfruta con la sencillez de una ciudad en la que cayó de pie, como, por otro lado, suelen caer los astros como él.
-¿Qué se le perdió a sus padres para haber nacido en Canarias?
-Pues el 2 del 4 del 75 mi padre era alférez de navío y estaba destinado allí, en Las Palmas.
-¿De dónde son sus padres?
-De Santa Catalina de Somoza, una aldeíta de León. Y mi madre de Toledo.
-Y vayamos a la pregunta. ¿De dónde siente usted, canario?
-Yo soy español.
-Jajajaja. ¿Hasta cuándo estuvo en Canarias?
-Allí estuve dos años, ni me acuerdo de Canarias.
-No lo jure. Cero acento, 'muyayo'. Pues siga diciéndome su recorrido vital.
-De Canarias, a Cádiz.
-¡Andá! ¿Cuánto tiempo?
-Nada, nada. Un añito, no llegó al añito. Estuvo en el Instituto Hidrográfico haciendo algún curso. Y después de ahí a Galicia, creo que en Ferrol, donde tampoco estuvimos mucho tiempo. Y ya sí, a Sevilla, donde hago la EGB; y el BUP lo hago en Barcelona.
-Supongo que de Ciencias, ¿no?
-Sí. Empecé Ingeniería Industrial un año.
-Espere, espere. Hábleme de esa Barcelona. ¿Vivió la Olimpiada?
-El 92 me tocó allí, pero me vine 'pacá' a ver la Expo también a Sevilla. Y sí, los Juegos también me tocaron allí.
-O sea que vio el resurgir de Barcelona. ¿Cómo era esa Barcelona y en qué se distingue de la actual?
-Ahora mismo, no sé si es por la añoranza o porque realmente es así, pero la veo muchísimo peor. Barcelona creció un montón desde la Olimpiada; el Fórum... se hicieron bastantes cosas allí.
-Ese sentimiento nacionalista siempre lo ha estado, ¿pero quizás con CIU era más moderado o no?
-Sí, muchísimo más.
-Vamos, no se respiraba ese clima social de división.
-Sí, bueno, a ver. Yo creo que eso se estaba gestando ya. Porque, bueno, esto puede que sea una historia mía, pero yo creo que cuando se gesta todo esto es mucho antes, cuando ponen el nivel C de catalán para ser profesor allí.
-¿Eso fue antes de los 90?
-Sí. Y claro, es que el nivel C de catalán es mucho mayor que el nivel C de inglés, español...
-O sea, que ya comienzan a tener más privilegios los profesores catalanes en Soria que los sorianos...
-Ahí está; aunque eso es una teoría mía.
-Laboralmente, comienza a consolidarse en Barcelona. ¿Cómo arrancó?
-Allí hice diseño de producto.
-¿Ehhh?
-Eso es diseñar desde una moto, un coche, un vaso...
-Una ingeniería.
-No es una ingeniería, está más tirando casi hacia una rama de arte. Lo que pasa es que ahora mismo sí que es una ingeniería, pero anteriormente no existía la ingeniería de diseño.
-¿No era una licenciatura?
-No, de hecho, yo empecé ingeniería industrial. Aquello sería finales de los 90; la empecé en Gerona., o Girona jeje.
-Hablando de eso. ¿Se daba en catalán?
-Sí.
-O sea que 'parla catalá'...
-Sí, yo parlo catalán.
-Bien, bien. ¿Y cuánto dura en la ingeniería?
-En la ingeniería estuve un año. Conocí allí a unos chavales que hacían diseño industrial. Y me gustó más que la ingeniería. Aparte... que la ingeniería me la tomé un poquito... Fue un año sabático.
-¿Y de Girona qué me cuenta? ¿Le gustó? Es bonita.
-Bueno, tiene sus cosas. Viví allí y sí que es muy bonita, eso sí.
-Bueno, y se apunta a eso del diseño industrial. ¿Dónde?
-Era una especie de carrera que la daban en una escuela que se llama Elisava y que está homologada en toda Europa. La terminé, pero antes de terminar empecé a montar una empresa con unos amigos de diseño. De la empresa nos cogieron a casi todos los que estábamos montando la startup y empezamos a trabajar cada uno en un despacho diferente de diseño.
-Olé. ¿Cuántas veces os dijeron Bill Gates? Por eso de empezar en un garaje y tal...
-Nah, nah.
-Jajaja. ¿Esa startup fue en Barcelona?
-Fue en Barcelona, pues estaba haciendo el último curso de diseño de producto; lo que pasa es que me metí a trabajar en El Corte Inglés para pagarme un localito ahí al lado de la escuela.
-¿Para dormir y trabajar?
-Para dormir y trabajar y dormía dos horas al día. Estuve un año durmiendo dos horas al día. Éramos cuatro.
-¿Y cómo les fue la empresita?
-Lo hacíamos un poco por amor al arte. Hicimos algunos proyectos, pero tampoco sacaban mucho dinero. Seguíamos estudiando, pero claro, la calidad de nuestros proyectos mejoró incluso en la carrera.
-¿Cómo le llamaron a la empresita por curiosidad?
-Vértex. Después, dos de los que estaban ahí, más tarde montaron otra que se llama Ánima, que ahora mismo existe y es muy potente.
-¿Por qué se salió?
-A cada uno nos fuimos a un sitio a trabajar y porque nos ofrecieron a cada uno una historia.
-¿Cuántos años era diseño industrial?
-Cuatro.
-¿Y qué es lo que salió?
-Pues empecé a trabajar en EDA, una empresa donde hacen, pues eso, diseño de todo tipo de cosas: coches de juguete, motos...
-¿Dónde fue eso?
-En Barcelona, en Sant Fos de Cap-Santella. Allí estuve un par de años... hasta que me cogieron de la empresa de la competencia directa. Yo le dije a mi jefe que me habían llamado, pero que les había dicho que no. Él se mosqueó un poco y yo creo que aquello empezó a haber tensión ahí.
-Joe, qué carácter. ¡Pero si les dijo que no!
-Ya, pero bueno, era la competencia directa... No sé qué pasó, el caso es que que yo me enteré que aquello conmigo no iba bien desde eso y dije, 'antes de que me echen, me voy 'pallá'. Y me fui a la otra, que estaba ya en Barcelona Barcelona.
-Nombre de la empresa.
-Costa Design. Allí se hacía de todo; desde mobiliario, coches, telefonillos...
-¿Ya de pequeño apuntaba maneras? Vamos, ¿si era de esos niños que abría un televisor para arreglarlo y cosas similares?
-Sí, sí. Dibujaba mucho, buscaba ideas abriendo aparatos, etc.
-¿Cuántos chispazos o calambrazos se llevó probando cositas?
-Electrónica no toqué mucha, pero sí, sí. Alguna que otra cayó.
-¿Algunas queriendo por ver qué pasaba? Jajaja.
-Jajaja. También, también, aunque por algo diferente.
-La primera fue muy pequeñito, chupando un cable que estaba 'enchufao'. Jajajaja.
-Jajajajaja. Espere, espere. ¿Para hacer una prueba o porque se volvió gilipollas?
-Porque fui gilipollas jajajajajaja.
-Jajajajajajajaja. ¡Cuente, cuente!
-Estaba jugando al Spectrum con mi hermano; habíamos sacado el cable de la casete, de la cinta casete aquella. ¿Te acuerdas, que hacía piiiiiiii?
-¡Sí hombre, claro! Que los cables eran rojos, negros, amarillo. Mítico 'Load, load comillas enter'. Y a esperar a ver si entraba jajaja.
-Eso, eso. Pues, el caso es que mi hermano estaba llegando a una fase que nunca habíamos llegado [Interrumpo].
-Que le estaba ganando la partida, vamos.
-Sí, jajaja. Y yo estaba ahí mirando, mirando [y centra su atención con intensidad en un punto imaginado que está viendo el monitor que está recordando del momento de marras] y tenía el cable en la mano de haberlo desenchufado. Empecé a morderlo. La salivilla empezó a entrar por los dos huequecitos.
-Jajajajajajajaja
-Jajajaja Y lo que pasó después de electrocutarme [Interrumpo de nuevo].
-¿En serio? Sería un chispazo, ¿no?
-No, no, no. Me quedo 'pegao; o sea, la lengua se me queda pegada ahí. Lo suelto, me caigo de la silla al suelo...
-¿Del susto?
-No, no. Del pu.. chispazo caigo de la silla al suelo.
-¿Su hermano es mayor?
-Tres años mayor, sí. Total, que él se queda 'acojonao' mirándome y yo, claro, del dolor empiezo a llorar; me lo quedo mirando y con su cara me empiezo a descojonar; pero como aquello dolía vuelvo a llorar y empieza mi hermano: '¡¡¡¡¡Mamá, mamá!!!! ¡¡¡¡Que Tomás se ha 'quedao' loco, que se ha vuelto loco!!!' Jajajaja Y nada, ya me empiezo a descojonar otra vez y hasta que se me pasó el dolor del chispazo.
-Jajaja. Está bueno, sí. Estábamos en Barcelona...
-Sí, en esa empresa de la competencia estaba bastante bien, estaba contento. Era muy duro porque se trabajaban muchísimas horas. Era una de las mejores empresas de diseño que había en Barcelona. Entonces, hacíamos hasta de madrugada.
-Y la pela, la pela, claro.
-Sí, sí, pero como además todos los que estábamos ahí nos encantaba, pues casi como que no era duro.
-Tan duro y divertido que lo dejó.
-Jajaj. Sí, sí. Pero fue porque me empezó a entrar el gusanillo hablando con otros de hacer un máster en Londres y me fui a hacer el máster a Londres. Era en el Royal College of Art y era de diseño de productos. En aquel momento era el más prestigioso porque en ese máster han llegado a dar clases Richard Rogers, Philip Stark... Norman Foster daba conferencias. Fueron dos años.
-¿Qué años fueron?
-Del 2003 al 2005, pero llegué antes, en el 2002, porque como no tenía ni puñetera idea de inglés me fui para allá un año antes. Para que te hagas una idea, en ese máster aplican, digo aplican porque me sale en inglés.
-No, no, si lo de aplicar ya se dice desde hace muchos años, al menos, por Madrid. Vamos, que se presentan tela a ese martes y hay una importante criba.
-Ahí está. Bueno, pues se presentan como unas 5.000 personas y entran 25.
-¡Coño! Vamos, que estoy ante un coquito o se dedicó a morder 4.900 cables.
-Jajajajajajajaja. Nooooo, preparé el currículum, me lo preparé todo para entrar allí.
-Y que es un máquina, hombre. Lo digo yo si no.
-No, no, no. Me fui un año antes, empecé a conocer a los profesores, a la gente de allí.
-Ahhhhhh. Hizo su particular lobby.
-Metí el pie dentro.
-Bien, bien, bien. ¿Y qué tal por Londres?
-Y bueno, dos años maravillosos. Para mí la experiencia, o sea, el nivel que hay allí de estudios es absolutamente diferente a todo lo que puedas imaginar.
-¿Estaba en Londres Londres o en plan a las afueras en plan como Silicon Valley de San Francisco?
-El Royal College of Art está justo al lado del Royal Albert Hall.
-Ah, bien, bien. Casi que puritito centro de Londres.
-Ajam. ¿Y tras esos dos años maravillosos no se planteó quedarse a vivir allí?
-Sí. De hecho, cuando terminé el máster empecé en una empresa y también a hacer contactos y tal, pero ya llevaba tres años con mi novia a distancia.
-¡Adiós mi dinero!
-Jaja. Me lo tuve que plantear, claro.
-Ha salido ganando, hombre. ¿Dónde la conoció? Si me lo quiere contar, claro.
-Sí, sí, sí, te la cuento, te la cuento. De hecho, creo que le vas a sacar más partido a esa historia porque es muy romántica, muy bonita más que a la pesadez de mi vida profesional jajaja.
-Jajajaja. Soy todo oídos. Aunque algo recuerdo de que usted era el encargado de llevar el violín, ¿no?
-Jajaja. No, no, no, no. Empezó con una juerga con unos amigos que fue muy loca. Nos fuimos a hacer submarinismo a Mallorca [interrumpo].
-¿Esto pasó durante el máster?
-No, no. Aquí estaba trabajando el Barcelona, un año antes de irme a Londres fue. Entonces, yo me fui a Mallorca y ella también, pero no nos conocíamos. Yo fui con un montón de amigos.
-Esto se parece a los anuncios de Estrella Damm en Formentera.
-Ahí está. Yo estaba de juerga continua y dislocada. Uno de mis mejores amigos, me cogió y me dijo 'quillo, he encontrado una tía..., me la quiero ligar y tiene a la hermana...' Y yo: 'Puf, menudo morroncho me voy a comer'. Y cuando la vi, dije: 'Hostia. ¿Qué pasa aquí? Favores así te los hago cuando quieras'.
-Jajajajajajaja ¿El amigo se llegó a casar también con la hermana?
-No, no, no; se puede decir que el amigo no se comió 'ná'.
-Jajajajajaja
-Y yo, la conocí. Poco más. Cada uno a su casa y nos dimos los teléfonos; mis amigos cogieron el teléfono de ella y empezaron a llamar con la coña, me daban el teléfono, yo empecé a hablar y empezamos a hablar hasta que poco a poco fuimos conociéndonos.
-Ella entiendo que es de Cádiz, una ciudad a la que había venido de pequeño pero que no recordaba. ¿Cómo fue volver?
-Pues mira, ese mismo amigo tiene familia aquí, en El Puerto de Santa María. Y, un día, saliendo del trabajo en Barcelona, me dice. '-Quillo, nos vamos 'pal' Puerto de Santa María. ¿Cuándo tienes vacaciones? -Pues yo casi que las empiezo hoy'. Porque fue casi en el mismo día, es verdad. '-Pues venga, vámonos. -Venga'. Cogemos el coche y nos fuimos 'pallá'. De Barcelona al Puerto. Además, este amigo era el mismo que la conocía y me empieza a decir 'llámala, llámala'. Total que la llamo, quedamos con ella y tal... Y ahí ya sí que empieza un poquito la relación. Pero estando ahí es cuando cojo y decido irme al máster.
-Muy oportuno, sí señor.
-Estuve con ella y demás, pero cuando me despedí de ella, me despedí...
-Jodido.
-Claro, pero también más por ella, porque quizás la jodí también un poquito porque lo normal hubiera sido decir 'es imposible porque me voy a ir a Londres'. Y bueno, ahí se quedó la cosa, pero seguimos hablando y mantuvimos la relación a distancia. Ella iba viniendo a Londres y yo venía a Espaá y ahí ya sí que ya se forjó una relación estable.
-¿Y durante ese tiempo en Londres no se habló de que se fuera ella a Londres?
-A ver, también es que pasaron cosas. En mi último año allí de máster yo estaba concentrado en los estudios, pasaba de todo y me tiré un tiempo sin llamarla.
-Anda.
-Entonces ella se cabreó y me cogió un día, me llamó y me dijo que 'para seguir así, paso de todo'. Y yo cogí y valoré todo; me hice una lista de pros y contras y dije... 'Me interesa'. Y dije: 'tú no me dejas'.
-Olé ahí. Grande.
-Pero espera, ella ya me había 'dejao' y todo. Y dije, 'pues me voy a los carnavales'. Y me vine a los carnavales...
-¿Sin que ella lo supiera?
-Sí, sí, yo la llamé, pero sin tener casa, sin tener nada en carnavales.
-¿Y solo?
-Y solo. Ella me lo buscó todo, pero me dijo: 'tú te vienes, pero que sepas que hemos cortao' y que aquí no va a pasar nada'.
-¿Se disfrazó?
-Ni me acuerdo. Yo creo que ni me disfracé ese año. Lo que sí que recuerdo es que acabé con 40 de fiebre enfrente de los coros, escupiéndome en la cara.
-Jajajaja Que le cantaban cerca, imagino.
-Eso, eso, joe. Jajaja.
-Dígame que solo también, por favor. Jajajaja.
-Jajajaja. No, no, joder. Con ella y sus amigas. Y yo aguantando el tipo con 40 de fiebre que no podía más.

-Ahí está el tío. Sembró de nuevo entonces, ¿no?
-Ahí ya sembramos de nuevo. Y cuando termino el máster, decido que no voy a montar la empresa, que la monto aquí, y me vengo 'pacá'.
-¿Qué monta?
-Zana Design. Y, bueno, estoy con esa empresa durante mucho tiempo, pero entre que era la crisis y toda la historia pues... Es que mis clientes los tenía casi todos fuera. Valencia, Barcelona... Y los viajes carísimos. Mi competencia estaba al lado de los clientes. Y entonces era muy difícil, porque me salía no lo comido por lo servido, pero casi. No compensaba. Era muy difícil. Entre medias, me convenció mi 'cuñao' a montar una empresa que se llama Wellness Cardio Center, que era rehabilitación cardíaca.
-¿Y que hacía ahí?
-Esa empresa la funda mi cuñado. Y yo estaba como aporte económico, como inversor. Simplemente invertir. Pero claro, estuve dos años apartándome un poco del diseño y no estaba contento por lo que me fui y ellos continuaron.
-¿Y cómo comienza a ver la luz de nuevo?
-Pues después de aquello. Bueno, yo siempre he seguido con la empresa de Zana Design. ¿Qué ocurre? Que me coge un tío que quería hacer una empresa, Maxwell & Lawrence, que quiere hacer un... Bueno, aquí me hicieron firmar un contrato de confidencialidad. Pero bueno, te digo lo que puedo decirte. Era una especie de máquina de innovación tecnológica para convertir el agua en agua caliente con electricidad mucho más barato que con el gas.
-¿Y fue de ruina?
-No, no, no. O sea, si eso sale adelante es un pelotazo.
-¿Y cómo que no siguió?
-Él era español, pero venía de fuera; no sé si de Estados Unidos. A mí me contrató como jefe de diseño para montar eso y cuando empezamos con las pruebas salían bien. Porque cuando me contrató le dije que eso era imposible, pero la idea que tenía era más o bueno buenas y nos dimos cuenta que desarrollándola cada vez se iba perfeccionando más. Hasta que de repente no sé qué hizo, si vendió la idea o lo que fuera; creo que Endesa le compró la patente. Lo que fuera que hizo, pero decidió cerrarla.
Antes de eso, trabajando con Solidworks, que es un programa de diseño de ingeniería del que compré la licencia, conocí a una persona que también trabajaba en otra empresa aquí en Cádiz. Se debió dar cuenta de que yo conocía el programa y que sabía lo que hacía y me llamó. Y me fui a Fluidmecanica, que es donde estoy ahora desde hace cerca de seis años. Muy contento y muy bien, la verdad.
-¿Trabajan para Navantia?
-Sí, somos unas subcontrata. Fluidmecánica tiene sede en Chiclana, y después tiene otras sucursales en Cartagena, en Ferrol, en Madrid y en Canarias. Entré en Fluidmecanica en 2019 y aquí conocí una cara muy profesional, es la mayor empresa en la que he trabajado; trabajamos para Defensa y muchos otros en proyectos tan interesantes como el submarino S80. En Londres tuve el placer de conocer personajes como Ron Arad, Philip Starck, Richard Rogers, James Dison, pero en Fluidmecanicasur conocí a uno de los mejores profesionales como es Rafael Vallejo, que quizás lo único que le diferencia de ellos es la humildad de un ubriqueño sencillo.
-Volvamos a Cádiz, una ciudad donde vivió siendo bebé y a donde volvió siendo adulto para formar una familia. ¿Cómo empezó a vivirla a su regreso?
-Todo lo empaña cuando nació mi primer hijo porque ahí es cuando comienza mi vida realmente.
-¿En qué año nació? Si se acuerda porque ya me ha dicho que para las fechas...
-Sí, hombre. Esta sí me acuerdo jajaja. Fue el 2 del 10 del 2010.
-¿Fue llegar y besar el santo?
-No, no, en Cádiz llevaría ya cuatro o cinco años antes de nacer mi hijo. Y la verdad que durante ese tiempo estaba contento porque hice muchas cosillas y la verdad es que la empresa no fue mal. A pesar de la crisis, lo que es mi empresa Zana Desing, siempre empezó bien. Pero claro, me daba para hacer los números, pero acostumbrado a lo que tenía en Barcelona o en Londres, no es lo mismo.
-¿Y cómo fue tener ese primer hijo?
-Para mí cambia mi vida. Cambia tanto que me podrían cambiar de nombre.
-Jajajaja ¿Por qué?
-Porque yo cambié radicalmente. Yo pasé de ser un cafre absoluto a intentar sentar un poco la cabeza, ser mucho menos egoísta, dejar de pensar en mí, todas esas cosas. Eso, cualquier persona que tiene un niño, yo creo que le pasa lo mismo.
-Cádiz es muy bonita pero no siempre se cae bien cuando se es un paracaidista que viene de fuera, y más usted, acostumbrado a vivir en ciudad grandes. ¿Cómo le fue asentarse a la vida gaditana?
-Mmm... Yo era un friki. Entonces yo me mantenía encerrado en mi empresa, en mi local. Tú piensa que yo además no me gusta la playa. Vamos, que a priori no llevo una vida muy gaditana, pero cuando llego aquí, acostumbrado al ambiente de otras ciudades donde la gente, por el trabajo o por lo que sea, va muy sobrada, y llegar aquí y ver y encontrarme un ambiente tan relajado, tan... Para mí es maravilloso, vamos. Porque una de las cosas que a pesar de que el curso de Londres me encantó porque pienso que fue una experiencia absolutamente increíble, sí que vi una competencia brutal entre la gente y yo no soy así. Yo soy de... Me gusta ser sencillo. Llegar aquí y encontrarme gente en bata por la calle y cosas así me volvió loco. Me encantó.
-Hasta que le acabe cansando, ej. Jajaja.
-Bueno, por ahora, no me he cansado, pero bueno.
-Dele tiempo jejejeje. Bueno, vamos con estos. Muchas gracias.
-A ti. Vamos.