OPINIÓN
Aquellos veranos
No sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero tengo la sensación de que ahora el tiempo vuela
Comentábamos el otro día que de nuevo nos ha sorprendido el verano. Realmente no somos conscientes de lo rápido que se pasa el tiempo. Recuerdo que en nuestra juventud los inviernos se hacían eternos y después, cuando nos daban las vacaciones, parecía que esos meses ... estivales eran una nueva vida, nos daba tiempo de todo. Formábamos las célebres pandillas de verano con nuestros amigos y algún que otro veraneante que pasaba esos meses en nuestras playas. Por las mañanas, desde muy temprano con el hatillo bajo el brazo, donde llevábamos el meyba liado en la toalla, cogíamos el tranvía y nos reuníamos en la caseta de alguno de la panda hasta la hora de almorzar en la que volvíamos de nuevo en el tranvía a casa. Las tardes, también interminables, comenzaban a eso de las seis y después de descabezar una siesta porque en aquella época la mayoría no teníamos televisión y las telenovelas no existían. A esa hora de la tarde, salíamos a tontear al fresco, algunos días íbamos al cine y a eso de las diez o diez y media ¡como mucho! volvíamos a casa. Por supuesto y salvo contadísimas excepciones no estábamos en la calle más tarde de esas horas. La movida no existía.
Ahora y conforme nos vamos haciendo mayores esas sensaciones han cambiado notablemente. No sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero tengo la sensación de que ahora el tiempo vuela. Muchos días al terminar la jornada, la analizo y pienso para mis adentros ¿pero como antes me daba tiempo hasta de trabajar? Las sensaciones son muy diferentes y, por supuesto la vida ha cambiado totalmente. No digo que lo de antes fuera mejor que lo de ahora, pero lo cierto es que no tienen nada que ver.
Nos cambiaron la playa, remodelaron el litoral al derribar el paseo con sus casetas y la playa ya no es la que era. Qué quieren que les diga, yo prefería la otra. En la actual solo se aprovechan los 20 o 30 metros cerca de la orilla porque en la arena seca no hay quien pueda estar, es el desierto del Sahara, te achicharras. Ahora es difícil ver las reuniones de jóvenes como las nuestras de antaño, todo ha cambiado. Seré un vejestorio, pero yo prefería aquellos veranos