SIN ACRITUD
Motivos de sobra
Se puede salir a la calle a protestar contra el Gobierno por muchos motivos, como la corrupción; pero sobre todo porque su política, de la que tanto presumen, es nefasta para España
Hablemos de política. Únicamente de política. De la gestión del Gobierno. Obviamente hay muchos motivos, demasiados, para manifestarse hoy o cualquier día contra la indignidad de quienes actualmente dirigen los designios de este país, con su presidente a la cabeza. Enumerar aquí algunos de ellos sería repetir por enésima vez lo que usted ya sabe perfectamente. Obviemos los indultos, la amnistía, la corrupción, a Koldo, Ábalos, Begoña... y centrémonos exclusivamente en tratar de analizar en qué ha mejorado nuestra vida, la de los españoles, desde aquella moción de censura del año 2018 con la que Pedro Sánchez llegó al poder. Para empezar –y esto por sí solo es motivo para dimitir y convocar elecciones– no hay ni siquiera una propuesta de Presupuestos Generales del Estado desde la legislatura anterior. A partir de ahí no se debería ni siquiera hablar más. Pero es que hay más. Mucho más. Por ejemplo, es cierto que ha subido el salario mínimo interprofesional, pero mucho menos que el coste de la vida, por lo que quienes lo perciben siguen teniendo en la práctica menos poder adquisitivo que hace seis años. La clase media española se convierte cada día más en clase media–baja, ahogada por una inflación desorbitada. El número de desempleados ha disminuido, también es verdad, pero no tanto como tratan de hacernos ver –de hecho lo han conseguido– con el maquillaje ya asumido por todos de no considerar parados a aquellos que tienen contratos fijos discontinuos, aunque en la práctica estén meses cobrando el subsidio de desempleo. El acceso a la vivienda es sencillamente imposible para millones de jóvenes, en buena parte por una ley que ofrece tan pocas garantías jurídicas ante impagos u 'okupaciones' que ha hecho que muchos propietarios hayan optado por retirarlas del mercado del alquiler a la espera de tiempos mejores.
Unos tiempos en los que el Gobierno recauda más impuestos que nunca y que 'devuelve' a la sociedad solo en una mínima parte a través de regalías como los 400 euros para atraer el voto de los más jóvenes o subvenciones para un transporte público que tampoco nunca antes funcionó tan mal, con Renfe como ejemplo de pésima gestión de una empresa estatal. A ello súmele el famoso apagón. En materia de inmigración –absolutamente necesaria en España en estos tiempos de hundimiento de la natalidad– nunca hubo antes tampoco tanto descontrol, tanta utilización política de la vida de miles de seres humanos a los que se tiene literalmente abandonados a su suerte.
Si bajamos un poco más el foco hacia el sur, el drama del narcotráfico está del todo desatado, sin que el ministerio del Interior sea capaz de hacerle frente, dejando también solos ante el peligro a agentes de Policía, Guardia Civil o Aduanas sin dotarles de los efectivos humanos y el material necesario para hacerle frente. Y lo que es más importante, sin protegerles jurídicamente en caso de un enfrentamiento con clanes armados hasta los dientes. Esta impunidad ha hecho que la inseguridad ciudadana sea cada vez mayor, con tiroteos en plena calle que se han vuelto ya habituales sin que nadie haga nada por remediarlo.
Y si descendemos aún un poco más en el mapa y ponemos el foco directamente en Cádiz, los gaditanos estamos –después de dos décadas– ante la gran oportunidad de contar por fin con un nuevo hospital, toda vez que la Junta de Andalucía ya tiene aprobado y provisionado el dinero necesario para su construcción y puesta en funcionamiento. Únicamente resta que Zona Franca –dependiente del Ministerio de Hacienda, a su vez dependiente del Gobierno de la Nación– venda el solar asignado en los terrenos de la antigua aeronáutica. Ocurre que la titular de Hacienda, María Jesús Montero, es a su vez la candidata a las próximas elecciones andaluzas. Y bajo ningún concepto va a permitir que un Gobierno del PP se anote el tanto. Un bloqueo en toda regla en contra de los intereses de toda la Bahía de Cádiz por conveniencia puramente personal y electoralista.
Así que sí. Hay motivos más que sobrados para salir hoy a la calle a protestar contra este PSOE de Sánchez. Pero no por Koldo, Ábalos, Leyre, Aldama, su mujer Begoña o su hermano David. Por todo eso también. Pero sobre todo porque por más que se empeñen en repetir lo contrario, su gestión política, puramente política, es nefasta para España.